La cabeza inclinada hacia un lado.
By Alfredo García
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Mirando fotografias antiguas, de niño, de adolescente, de joven, observo por primera vez, que en muchas de ellas aparezco con la cabeza inclinada. Busco su significado en lenguje corporal:
"La cabeza inclinada expone la arteria carótida en el lado del cuello y puede ser una señal de sumisión y sentimientos de vulnerabilidad"
Este fue el motivo que inspiro la siquiente vignette.
Desnudo, forzado a estar de puntillas, las muñecas juntas, atadas por una cuerda sujeta al techo, una mano acaricia mi espalda, cierro los ojos, e inclino mi cabeza hacia un lado, y ofrezco mi cuello desnudo, los labios del hombre lo rozan, noto su calor. Un ligero soplido junto a mi oreja, hace ponerse de punta todo el bello de mi cuerpo. Mi pene se va llenando de sangre. Sobre el vulnerable hueco de mi cuello su boca se abre, y cuando sus dientes muerden mi carne entregada, un escalofrío me recorre de arriba abajo, de mi cuello a mi pene, el cual como bajo la acción de un resorte, salta vertical. La mano ahora acaricia mi pecho, mis pezones erectos, gimo mientras mi pene cabecea incontrolado. Una mano acaricia suavemente mi culo, lo muevo hacia ella buscando un contacto mas intimo, la otra pellizca mis pezones, sigo gimiendo, ahora casi parece que lloro. Dedos que acarician mis labios, los abro. Dedos que se insinúan en mi raja del culo, descarga de dopamina. Punta de dedo que penetra en mi boca, lo acaricio con la lengua. Punta de dedo mojado que acaricia la entrada de mi ano, y se insinúa lentamente en el. Gemidos agudos, entrecortados, estoy temblando Dos dedos del hombre están dentro de mi, chupo el que esta en mi boca, el que esta en mi culo se mueve al son de las caricias de mi lengua sobre el que esta en mi boca, ahora suave, ahora fuerte, solo una puntita dentro de mi boca, solo una puntita dentro de mi ano, ahora al fondo de mi boca, quiere entrar en mi garganta, me relajo intento evitar las arcadas, el otro entero dentro acaricia mi próstata. Mi cuerpo doblado, de puntillas, recibiendo la doble penetración. Abro los ojos, veo nuestra imagen en el espejo mis piernas juntas, son hermosas, casi femeninas, mi pene erecto y goteante, la habitación esta en penumbra, el cuerpo desnudo y oscuro del hombre, su pene grande y duro, cerca de mis nalgas blancas y pequeñas. Sus dedos salen de mi cuerpo, me obliga a separar mis muslos, ahora su pene grande y calido, acariciando mi perineo, la parte mas intima, tierna, dulce y vulnerable de mi cuerpo entregado. Me gustaría juntar las piernas y apretarlo entre ellas, pero no me atrevo, ese contacto me martiriza, tan dulce, tan suave, todo lo contrario a sus dedos apretando salvajemente mis pezones, ahora rojos, casi sangrantes. No puedo aguantar mas y junto mis muslos aprisionando su hermosa polla, el me golpea duramente, pero yo no libero su pene, no quiero para mi, lo necesito dentro de mi.
"Tranquilo mi chico guapo, va a ser todo tuyo", musita en mi oído.
Relajo mis mulos, y lo acaricio con ellos, hacia dentro, rozando mis testículo prietos y pegados a mi pene, hacia fuera, pero sin perder nunca el contacto, su liquido preseminal me humedece, el mío... ha hecho ya un pequeño charquito en el suelo. Me desata, y me lleva en sus brazos, beso su mejilla, busco sus labios, me besa, Me deposita sobre las blancas sabanas, le sonrío, mis piernas están dobladas y abiertas, el mira mi pene erecto y también me sonríe. Abro mis brazos y el se hecha sobre mi, cubriéndome entero, me gusta sentirme aplastado bajo su cuerpo duro y masculino, nuestros penes juntos intercambian fluidos, el mío mas pequeño, el suyo mas grandes, pero los dos hermosamente erectos, palpitando juntos. Besa mi cuello, me levanta para colocar unas almohadas que me levanten, y así pueda entrar en mi cómodamente. Me penetra con su lengua, mientras yo muerdo mi mano, intentando ahogar los gritos de placer que suben por mi garganta. Me lubrica, se lubrica. Ya estamos los dos preparados, nos miramos a los ojos, le sonrío, me sonríe, y lentamente comienza a penetrarme con su fabuloso pene. Sin dejar de mirarme a los ojos, entra hasta el fondo de mi ser. Entonces, se desploma sobre mi, los dos permanecemos quietos durante algunos instantes, con mis manos acaricio dulcemente su espalda, su pene palpita dentro de mi. "Amor mío, derrámate dentro de tu chico guapo" Su pene aumenta de tamaño, se contrae y comienza a derramar dentro de mi su semen caliente, el no se mueve, pero yo lo ordeño con las contracciones de mi ano. Un gemido interminable sale de su garganta, y yo también me derramo, sonriendo y mirándole a los ojos.
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