Imágenes para soñar despierto Por Alfredo Garcia
Desnudo, las manos sujetas por encima de la cabeza, de modo que esta forzado a estar de puntillas, en la penumbra de una habitación. Fuera, la luminosidad de una mañana soleada de invierno filtra a través del filo de una cortina, un rayo de luz que incide sobre el cuerpo del adolescente. Una sombra cruza la imagen, contornos duros del cuerpo fuerte e imponente de un hombre, no se distingue su cara, pero si su sexo, que erguido y brillante ilumina la escena. Con el mismo nivel de luz se iluminan el culo del adolescente, parte de sus muslos, de su espalda y de sus brazos tensos. Se adivinan zonas frías y cálidas: frías, la espalda del adolescente, sus pies, su pequeño culo prieto, el rostro del hombre, su pecho musculoso, sus poderosas manos. Cálidas: Los dos sexos erectos, los pliegues del cuello del chico, la zona donde se juntan sus piernas, el entorno de su ano. Los labios del hombre y la punta de sus dedos. La escena se desarrolla a cámara lenta, durante unos instantes interminables, el chico percibe de reojo como el hombre se le acerca, sus contornos y su fuerza, su cuerpo se tensa, su corazón se agita, sus manos se retuercen en sus ligaduras. Para el hombre los tres pasos que tienen que dar se hacen interminables. Su sexo se balancea obsceno, su mente ya no ve otra cosa que el cuerpo vulnerable, hermoso, indefenso. La segunda ley de la termodinámica se impondrá, lo frio sobre lo cálido, lo cálido sobre lo frio, lo duro sobre lo tierno, lo áspero sobre lo suave, el desorden sobre el orden. La palma fría y poco delicada de una mano acariciando las cálidas y suaves caras interiores de los muslos. Los dedos toscos y calientes sobre los pezones sensibles y fríos. El cuerpo del adolescente abriéndose y arqueando su torso, el del hombre concentrándose y doblándose sobre si mismo?.Finalmente, y de repente la escena se hace real, y las manos del hombre acarician los flancos del adolescente, y su boca se hunde en su cuello. El cuerpo del chico se estremece, y de su garganta surge un gemido apenas ahogado. Muy cerca, la calle bulliciosa, la gente, los coches, y también el mar, y la espuma de las olas,?, el universo entero parece detenerse, y concentrarse en la escena, los dedos impúdicos y fuertes tomando los prietos y pequeños testículos, acariciando los febriles labios, y penetrando la húmeda boca, levantando la atención de los pequeños y erectos pezones. La fiera imponiendo su fuerza brutal, sobre la presa que aun se debate inútilmente, ya entregada. Uno detrás de otro se suceden, de forma inexorable los pasos que llevan a la consumación del hecho más esencial de la vida. Finalmente el sexo-puñal se hunde en la carne tierna, y el ronco grito salvaje del hombre se funde con el agudo y agónico del adolescente. Y la sangre-semen fluye primero a borbotones y luego lentamente. La sagrada y maravillosa comunión de la vida ha tenido lugar de nuevo, algo ha acabado y algo nuevo ha nacido. Predador y presa se han hecho un solo ser. El placer de comer y de ser comido, volverá a renacer en otros lugares, en otros momentos, en otros seres, así una y otra vez, mientras este encendido el fuego de la vida.
Si te ha gustado escribeme a alfredo247@hotmail.com, necesito tus comentarios.